Partiendo de la base que toda biblioteca tiene un catálogo, se comprueba que en algunos casos estos catálogos se incluyen a si mismos como libros de la biblioteca, en otros no. Supongamos ahora que movidos por un oscuro impulso hiper-catalogador quisiéramos construir una suerte de supercatálogo. Más concretamente, queremos hacer un catálogo de todos los catálogos que no se incluyen a sí mismos como libros de la biblioteca. Reflexionando un poco nos daremos cuenta que se nos plantea un problema en el momento de incluir o no al super-catálogo mismo en nuestro super-catálogo. En tanto estamos catalogando los catálogos que no se incluyen a sí mismos deberíamos incluirlo... pero entonces el catálogo sería erróneo por incluir un catálogo que sí se incluye a sí mismo. Pero si a consecuencia de éste razonamiento decidimos no incluirlo ... incurriríamos en el error de construir un catálogo incompleto, en el que faltaría precisamente el catálogo que estamos haciendo, que por no incluirse a sí mismo debería ser incluído. Es por ello que la denominación Russell pareció adecuada para aludir a la intención de un... (casi) todo
Una de las paradojas de Bertrand Russell.