El Emigrante



                                                                - ¿Olvida usted algo?
                                                                
                                                                - ¡Ójala!



Luis Felipe Lomeli

Todo lo que era sólido - Antonio Muñoz Molina





Un libro necesario, con vocación de navaja suiza de esta crisis que nos relata desde diferentes facetas mucho de lo ocurrido en estos últimos tiempos, no demasiado, digamos desde hace unos veinte años y de como a este pais en ese tiempo han conseguido prácticamente mandarlo al carajo unas cuantas mentes 'pensantes' y alguno más que pasaba por allí. Para ello nos ofrece desde su propia experiencia muchas de las claves para entender la situación, una de ellas como agregado del instituto cervantes en NY, espectador en primera fila del crepusculo de los dioses financieros Lehman Bros etc.. autenticos popes de la globalización, el sueño de la razon del mundo capitalista creando un agujero negro de proporciones mundiales, y cuya influencia llega a España en forma de burbuja inmobiliaria/económica, una fiesta de tremenda resaca en la que no hay aspirinas par todos; o de como en una entrevista con Zapatero en la moncloa descubre lo perdida que andaba la izquierda de este pais, entretenida en repatriar los restos de Machado o Azaña ó anulando el consejo de guerra a Miguel Hernandez, mientras los bancos y cajas se dedicaban a 'regalar' dinero.



Tambien es espectador privilegiado como administrativo en el ayuntamiento de Granada de la oportunidad perdida en la joven democracia de haber creado una administración austera y eficiente, en gran parte debido a la aparición de una nueva especie, el politico profesional, ajeno a ideologias y escrupulos, creador de leyes y normas que le van a permitir actuar al margen de ellas, acaparando cada vez mas poder y libertad de actuación, e iniciando un clientelismo que favorece la incompetencia, facilita la corrupción, y desanima así a los mas capaces que se abandonan entonces a las criticas y el cinismo.
Así habla de la auténtica crisis, la de los 'políticos' profesionales, y de su modus operandi mas habitual: 
" El trabajo fértil y bien hecho nunca les importó porque sus frutos tardan en llegar, y porque cuando llegan no suelen ser espectaculares y no les ofrecen a ellos la posibilidad de exhibirse como benefactores o salvadores. Querian salir en el periodico y escenificar inauguraciones fastuosas en vísperas de alguna campaña electoral. Lo importante era comunicar bien. Que un verbo hasta entonces transitivo se convierta en intransitivo es un indicio gramatical de la trapaceria que ocultaba. En una sociedad sólida los méritos están muy repartidos y el protagonismo de lo que sale bien casi nunca corresponde a quien ostenta un cargo público. Cuanto mas razonablemente funciona un pais o una ciudad menos espacio queda para el providencialismo populista del buen lider que sabe lo que es mejor para los suyos y les consigue lo que piden o lo que necesitan, casi siempre con determinación a un poder mas lejano al que tambien podrá achacar oportunamente cualquier contratiempo."


En ese escenario desaparece la peseta y el dinero empieza a circular como un torbellino:
" La abundancia de dinero fué inundación cuando a principios de siglo ingresamos en la moneda única y fluyó el crédito barato. Entonces no comprendiamos que todo ese dinero era prestado, y que por muy bajo que fuera el interés algún día habría que devolverlo. No lo comprendiamos y nadie lo explicaba. Nadie explicaba que el dinero que prestaban los bancos a los particulares para comprar sus casas esos mismos bancos lo tomaban prestado de otros bancos extranjeros. Había mucho dinero y no había control; o los controles eran tan débiles que sin dificultad los rompia la fuerza del dinero."

Tambien le da un repaso a las grandes cuestiones nacionales, como el paroxismo fiestero en que se ha convertido este país, la anticonstitucional y muy apreciada por unos y otros indivisibilidad de estado y catolicismo, así como su punto de vista sobre el nacionalismo:
"No tengo nada contra el nacionalismo, asi como no lo tengo contra la religión o contra el creacionismo. Allá cada cual con tus creencias. Tan solo espero que las leyes me protejan para que los partidarios de cada una de ellas no tengan la potestad de imponérmelas. Despues de un viaje a Irlanda Borges notó educadamente que los irlandeses vivian 'dominados por la extraña pasión de ser incesantemente irlandeses'. Que los nacionalistas vivan subyugados por las mitologias patrióticas del origen y por la obsesión de la pureza es comprensible. Que la izquierda no solo les apoye en cuanto se les presenta la ocasión sino que además los imite en cada uno de sus desvaríos y se esfuerce en  ir aún más lejos es un enigma que por cansancio yo he renunciado a explicarme."

"Que lo contrario haya sido y sea la norma entre nosotros no es responsabilidad exclusiva de la clase política. Ellos han desmantelado la legalidad o la han ignorado para perseguir sus proyectos fantásticos, además de para robar y para favorecer a los ladrones; pero no habría ido tan lejos sin la indiferencia, la claudicación o incluso la adhesión de sectores amplios de la ciudadaná, y menos aún sin la disposición cortesana de los medios informativos.."
En algún momento en esta sociedad debemos hacer autocrítica, y grabarnos a fuego los errores cometidos, en definitiva comportarnos como una sociedad madura, o al menos que parezca que hemos aprendido algo..