Es mucha la mitología que rodea a este libro, desde la historia de la primera
edición en español de Minotauro, prologada por Borges, contener uno de los, para mi, mejores relatos cortos: el famoso Vendran lluvias suaves,
los episodios nunca publicados, sus curiosas portadas, que fuera
adaptada para una ópera, o que inspirara una de las pocas buenas
canciones que firmó Frank Black tras los Pixies
Naves espaciales plateadas flechas del avance tecnologico humano, desembarcan en marte y comienzan a instalar sus puestos de perritos calientes, mientras los marcianos.. bueno, ¿quien puede fiarse de unos seres que no disfrutan de una buena barbacoa y demas comodidades de nuestra amigable cultura?
La humanidad sueña con Marte, y cuando lo hace sueña con empezar de cero, reproduciendo un mundo ideal de limonadas en el porche en atardeceres dorados, de excursiones marcianas para los jubilados expandiendo sin remedio los mismos errores, apareciendo entonces el terror y la soledad, los mismos que sintió Borges al leer estas páginas:
" Los hombres de la tierra llegaron a Marte.Llegaron porque tenian miedo o porque no lo tenían, porque eran felices o desdichados, cada uno de ellos tenía una razón diferente. Abandonaban mujeres odiosas, trabajos odiosos, o ciudades odiosas; venían para encontrar algo, dejar algo o conseguir algo. Venían con sueños ridículos, con sueños nobles o sin sueños. El dedo del gobierno señalaba desde letreros a cuatro colores, HAY TRABAJO PARA USTED EN EL CIELO. ¡VISITE MARTE! Y los hombres se lanzaban al espacio.
"
..aunque el libro es de 1950 curiosamente de igual manera actualmente los gobiernos invitan a irse a sus ciudadanos en busca de un futuro mejor, tan solo hay que cambiar Marte por Alemania o Canadá.
Defendía Bradbury que este no era un libro de ciencia ficción sino fantástico, y que su único libro de ciencia ficción fué Fahrenheit 451, aunque tampoco para mi encaja en lo típico del género, y creo que ambas estarian en algo así como una socio-ficción, ya que Bradbury las situa en sociedades futuras, distópica en el caso de 451, y con aires crepusculares y de punto de inflexión social en el que nos ocupa.
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