Pasa con este libro algo parecido a esas partituras en las que las notas importantes son las que no se tocan, y esto exige una lectura diferente, mucho mas activa, en la que hay que atender a los pequeñas señales que son las que realmente nos dan la verdadera dimensión de la obra.
Catedral está compuesto de relatos cortos en los que manda el contexto, sin sorpresas y la mayoría de ellos sin principio ni final, personajes ordinarios en situaciones en principio corrientes pero a la vez terriblemente inquietantes, cargados con una atmósfera que a personalmente me recuerda a la de los relatos de terror clásicos.
En Plumas al protagonista se le permite contemplar su futuro, terminándose así los pocos sueños que le que quedaban.
En La casa de Chef a Adán y Eva se les permite volver por un momento al paraíso, lo cual resulta ser un regalo del infierno.
A los personajes de Conservación se les avería el frigorífico y todo en la casa comienza a derretirse...
En El Compartimento un hombre descubre con resignación que es la última vez que hará un viaje.
Parece una Tontería es sin duda el mejor relato del libro, la compra de una tarta de cumpleaños se convierte en una pequeña obra griega y como en aquellas la naturaleza de la condición humana es la protagonista.
Vitaminas nos sitúa en un entorno despiadado en el que lo peor está por llegar
En Cuidados la vida de un hombre depende de una mujer que hace de su ángel de la guarda y de la que no sabemos nada.
Desde donde llamo reúne a varios personajes que añoran su pasado y piensan que en el centro de desintoxicación donde se encuentran estarán a salvo.
El tren está a punto de llegar a una estación, en ella unos personajes esperan mientras no paran de hablar, otros, que tendrían algo interesante que decir, están callados, los viajeros del tren los observan por un momento e inmediatamente los olvidan. Es obvio decir que todos están de paso.
Fiebre digamos que me recuerda a ese cuento de Mary Poppins, eso si, cuando se marcha no es que deje precisamente una estela de canciones y alegría...
En Brida un motel es un sitio perfecto para ver de cerca a los caballos en su carrera siempre hacia adelante.
Catedral cierra el círculo que se dibuja en los relatos previos, y no sin cierta ironía es un ciego el único personaje del libro que parece entender algo de lo que le rodea. Por otra parte este relato es especialmente triste, básicamente por tratarse del ultimo relato de este libro.
En definitiva leer a Carver es descubrir a uno de los grandes escritores de siglo XX, que ha redefinido el genero del relato cargándose elementos como situaciones extraordinarias o simplemente el desenlace, que parecían fundamentales y lo hace con un lenguaje ordinario, con el único énfasis en un realismo asfixiante, algo asi como un filete crudo que hubiera que comer con las manos.