Despues de leer El pajaro que da cuerda al mundo me hice Murakamista convencido, y compré esa novela con la esperanza de tener una nueva experiencia cuasi religiosa como la que tuve con aquella. Y bueno.. la verdad es que no me gustó tanto como la anterior aunque tiene algunos puntos comunes, como la repetición del perfil del protagonista, tipo solitario pero compulsivamente metódico, amante del whisky y de la música, en esta ocasión podríamos decir que es una especie de informatico, en ocasiones poco creible por enamoradizo, (todos sabemos que los informaticos carecemos de corazón), tan peculiar es que resulta algo estereotipado.
Se trata de una novela con componentes fantásticos y de ciencia ficción, una especie de experimento, como el que sufre el protagonista, en el que Murakami mezcla a Lovecraft a Orwell sin pestañear siquiera. Y creo que le sale bastante bien, aunque algo falla, porque la idea se ve venir de lejos y los capitulos de la parte del mundo onírica se hacen algo pesados e innecesarios y solo cobran sentido en el final el libro.
Todo sucede en un Tokio futurista, en un Japón sin espacio Murakami baja a las alcantarillas y tuneles de metro para inventar un submundo donde situa a todos los monstruos imaginables, muy al estilo de Lovecraft.
"Sus cabezas eran prominentes y, en vez de ojos, tenian dos largas y gruesas antenas. Sus bocas, desproporcionadamente grandes, se abrian hasta alcanzar las branquias y, justo debajo, nacian unos órganos cortos y rechonchos, parecidos a patas de animal amputadas cerca de la ingle. Al principio, creí que estos órganos eran ventosas, pero, al mirar con atención, descubrí tres afiladas uñas en la punta de cada uno de ellos"
Allí se mete el protagonista, con una guia muy peculiar a sufrir toda clase de (malas) experiencias, y así durante toda la novela es llevado de aca para allá por circunstancias totalmente ajenas a su voluntad, y esa inevitabilidad del destino es uno de los muchos transfondos que Murakami quiere dar a su historia, aunque personalmente creo que no hay que entrar al trapo de las múltiples lecturas subliminales de la novela, ya que no creo que dé para tanto, y me parece mejor disfrutar del libro de este japonés atípico, imaginativo y con un surrealista sentido del humor
" - Esos pendientes, ¿no son un poco pesados para llevarlos siempre puestos?
- Estoy acostumbrada - respondió -. ¿Y el pene? ¿Has sentido tú alguna vez que te pese el pene?
- La verdad es que no. Nunca.
- Pues es lo mismo"
No hay comentarios:
Publicar un comentario