Para empezar diré que este es el libro que está
siempre en mi mesilla de noche, quizás el que más veces he leído y sin duda también
el que más veces he regalado, es realmente socorrido cuando llegas tarde a
cualquier cumpleaños, de hecho y ante la duda he llegado a regalarlo en varias
ocasiones a la misma persona, a la que no le ha importado, o al menos no debería.
Se trata de un libro de divulgación, que acerca
el mundo de la ciencia mediante un lenguaje sencillo y de una forma muy
divertida y amena, justo lo contrario de como suele hacerse en los colegios,
donde parecen esforzarse en hacerla mortalmente aburrida y según el autor esta
es la motivación principal para escribir este libro, la insatisfacción que le producía
lo poco aprendido y la cantidad de preguntas sin responder con que salía de las
clases. El ejemplo que pone es siguiente:
"Mi interés inicial en esta ilustración
se debió a una imagen personal de ríos de motoristas desprevenidos de los
estados de llanuras norteamericanas, que se precipitaban inesperadamente por el
borde de un súbito acantilado, de unos 6400 km de altura; pero mi atención se
desvió poco a poco hacia la idea de que la tierra estaba formada por capas
diferenciadas, ya que terminaba en el centro con una esfera de hierro y níquel,
que estaba tan caliente como la superficie del Sol. Recuerdo que pensé con
verdadero asombro, ¿Y como saben eso? No dudé ni un solo momento
de la veracidad de la información, pero no podía imaginar de ninguna manera
como había podido llegar a saber una mente humana que aspecto tenía y cómo
estaba hecho lo que hay a lo largo de miles de kilómetros por debajo de
nosotros, algo que ningún ojo había visto nunca y que ningunos rayos x podían
atravesar. Para mí, aquello era sencillamente un milagro. Ésa ha sido mi
posición ante la ciencia desde entonces."
Lo que hace es poner un cierto orden en los
temas, en principio de lo más grande a lo más pequeño, tratando del universo
hasta el átomo, de cuestiones iniciales como el nacimiento, tamaño de la Tierra
y su posición en el espacio hasta las más recientes como la doble hélice
del ADN y de cómo el conocimiento de la humanidad acerca de todo ello ha ido
evolucionando, con los nombres de la personas y sociedades que escribieron sus
páginas más brillantes y también con los de los desconocidos que fracasaron mas
memorablemente, así como las continuas serendipias en las que muy
ocasionalmente ha consistido cada uno de los avances que ha logrado el hombre
en cuanto a ciencia se refiere.
"Quizá no haya nada que ejemplifique
mejor la naturaleza extraña, y con frecuencia accidental, de la ciencia química
en sus primeros tiempos que un descubrimiento que hizo un alemán llamado Hennig
Brand en 1675. Brand se convenció de que podía destilarse oro de la orina
humana. (Parece ser que la similitud de colorido fue un factor que influyó en
esa conclusión.) Reunió 50 cubos de orina humana y los tuvo varios meses en el
sótano de su casa. Mediante diversos procesos misteriosos convirtió esa orina
primero en una pasta tóxica y luego en una sustancia cérea y traslúcida. Nada
de eso produjo oro, claro está, pero sucedió una cosa extraña e interesante. Al
cabo de un tiempo, la sustancia empezó a brillar. Además, al exponerla al aire,
rompía a arder en llamas espontáneamente con bastante frecuencia. Las
posibilidades comerciales del nuevo material (que pronto pasó a llamarse fosforo,
de las raíces latina y griega que significan "portador de luz") no
les pasaron desapercibidas a los comerciantes, pero las dificultades de la
manufactura la hacían demasiado costoso para que pudiera explotarse, llegando a
costar más que el propio oro. Se siguió fabricando recurriendo a los soldados
para que proporcionaran la materia prima, hasta que en 1750, un químico sueco
llamado Karl Scheele ideó un método de fabricarlo en grandes cantidades sin la porquería
del olor a orina. "
Hay que destacar el hecho de que aun tratándose
de un libro muy generalista, que no usa formulas y que se pone siempre del lado
del lector, no cae para nada en el simplismo y los tópicos, ya que para cada
uno de los temas se dedicó a visitar a los principales especialistas, a quién
dedica el autor las mayores palabras de agradecimientos, y de los que dice
demostraron tener unas reservas de paciencia heroicas contestando una y otra
vez a las preguntas del neófito Bryson y sobre todo a la recurrente "Perdona,
¿te importaría explicármelo otra vez?".
Además de grandes dosis de humor, al inicio de cada capítulo suele acompañar
con una cita, algunas de ellas francamente memorable, como la del capítulo
dedicado a la composición de la materia, donde dice:
"Un físico es la manera que tienen los átomos de pensar en los
átomos."
En definitiva es un libro que nos da un pequeño
tirón de orejas recordándonos lo mucho que desconocemos y lo poco que nos
preguntamos, y nos provocará también para seguir leyendo sobre ciencia,
inevitables aquí Asimov o Sagan, que si son realmente científicos que escriben
divulgación, mientras que Bryson se define como un gran curioso, que es lo que
le ha llevado a compartir con nosotros las preguntas y asombros que le producen
el mundo en que vivimos. De hecho es el único libro que ha escrito dedicado al
mundo de la ciencia, ya que la mayoría de sus libros son de viajes, de modo
que podría decirse de él que estamos ante todo un voyeur de este
planeta, todo un ejemplo.