Relatos cortos que resultarán muy familiares, gracias a la serie que echaban por la tele allá por los ochenta y que tanto nos perturbaba a los niños de la época. En ellos se plantean al estilo clásico una situación, un desarrollo y un desenlace de una limpieza narrativa ejemplar, con un gran ingenio y un muy negro sentido del humor. La clave está en la mayoría de ellos en el desenlace, normalmente un giro sorprendente que acaba destrozando algún plan no tan infalible. Algunos de ellos son muy reconocibles y famosos:
- Gastrónomos: Durante una cena anual la procedencia de un vino da lugar a una singular apuesta, en la que no hay ganador posible.
- Cordero Asado: Una esposa embarazada prepara la cena para su marido, que acaba de decirle que la abandona.
- Hombre del Sur: Podría usted encender con éxito diez veces consecutivas su infalible mechero, ¿ah si?, ¿apostamos algo?
- Mi querida Esposa: Una familia de la nobleza y sus métodos para salir de su increíblemente aburrida vida.
- Apuestas: Un barco viaja hacia América entre un fuerte oleaje, aunque para alguno de sus pasajeros este es un buen tiempo.
- Galloping Foxley: Antiguos compañeros de clase coinciden en un tren.
- Tatuaje: Una obra de arte de un pintor muy reconocido siempre debe estar en las mejores galerías.
- Lady Turton: En una mansión de campo, entre los estéticos jardines, un incidente casual es aprovechado para dejar las cosas en su sitio.
- Nunc Dimittis: Un lord es engañado y planea una venganza bastante artística.
- La patrona: Un alojamiento con desayuno bastante económico, aunque el té tiene una sabor algo amargo.
- William y Mary: Un matrimonio de toda la vida donde la muerte de él hace cambiar ligeramente la relación entre ambos.
- La subida al cielo: ¡Cariño, no te espero que tengo prisa!
- Placer de clérigo: Un anticuario encuentra la pieza de su vida, el único problema va a ser el transporte.
- La señora Bixby y el abrigo del coronel: Un buen abrigo de piel es sin duda un regalo perfecto para la mujer que un hombre ama.
- Jalea Real: ¿Acaso no conoce usted aún las increíbles propiedades de la Jalea Real?
- Edward el conquistador: La sensibilidad de los animales por la música es de todos conocida, la poca sensibilidad de muchas personas por los animales también lo es.
El final de muchos de ellos no es explícito, si no que lo deja a medias y deja al lector imaginar el trágico o triste final que va a continuación del punto y final del relato, como en el relato Nunc Dimittis, donde el protagonista después de humillar públicamente de una forma horrible a su novia, recibe una carta de ésta perdonándole por su ofensa:
"Me perdonaba por completo, escribía, por todo lo que le había hecho. Me amaba igual que antes y siempre me amaría hasta la muerte.
¡Que estúpido me he sentido al leer esto! Se ha acrecentado mi vergüenza y todavía más al comprobar que junto a la carta me había mandado un pequeño regalo en prueba de su afecto, una lata de mi bocado favorito: caviar fresco.
Así, aunque no tenía ningún apetito esta noche, debo confesar que a la hora de cenar he tomado varias cucharadas de esta pasta, en un esfuerzo por consolarme a mi mismo en mi desgracia. Es muy posible que haya comido demasiado porque no me he sentido muy bien en las últimas horas. Quizá debería tomar algo de bicarbonato y soda. Luego, cuando me encuentre mejor terminaré de escribir.."
En la mayoría de los relatos las peores virtudes, las que acaban desencadenando la desgracia, van asociadas a una mujer, la poseedora de la avaricia, perversidad, manipulación, venganza, o simple estupidez que hace de hilo conductor de cada uno de los relatos, una misoginia tan divertida y evidente que me hace dudar de que Roal Dahl no sea el autor de la historia de Adán y Eva. Del relato La señora Bixby y el abrigo del coronel:
"América es la tierra de la oportunidad para las mujeres, quienes, poseedoras ya del ochenta y cinco por ciento de la riqueza del país, en breve se habrán hecho con su totalidad. El divorcio se ha convertido en una operación lucrativa, de sencillo arreglo y fácil olvido, que las hembras ambiciosas pueden repetir cuantas veces gusten negociando beneficios que alcanzan cifras astronómicas." Ahí queda eso..
Personalmente me resulta muy curioso que un escritor maestro en este género del relato corto, y con una mente con cierta tendencia a lo perverso y macabro sea principalmente conocido por sus libros infantiles, como James y el Melocotón gigante, Matilda, o Charlie y la fábrica de chocolate, que leeré a mis hijos, no sin ciertas sospechas y con las debidas precauciones..
No hay comentarios:
Publicar un comentario