De qué hablamos cuando hablamos de amor - Raymond Carver




Varios amigos, que han dejado de serlo desde entonces, me han comentado su indiferencia hacia Carver, y es cierto que hay que cogerle como se suele decir 'el tranquillo', dado que no hace concesiones, y se trata de una forma de escribir totalmente desprovista de artificios. Es tanto así que en ocasiones da la sensación de que no está contando nada y puede causar cierta indignación al lector el llegar a la última línea y preguntarse qué es lo que ha pasado.

Todos los relatos giran alrededor de relaciones entre seres que transitan sin destino por una sociedad y una vida para ellos extraña y en continua descomposición, y es allí donde Carver encuentra sus mejores líneas:

"El barbero hizo girar la silla para que me mirase al espejo. Me puso las manos a ambos lados de la cabeza. Miramos juntos el espejo. Me seguía sujetando la cabeza. Me pasó los dedos por el pelo. Y lo hizo despacio, como si pensara en otra cosa. Me pasó los dedos por el pelo. Y lo hizo con ternura, como lo haría un amante. Dejé la ciudad poco después. Pero hoy he estado pensando en aquel lugar, en Crescent City; en cómo estaba tratando de rehacer allí mi vida con mi mujer; en cómo - en el asiento de aquella barbería, aquella mañana - decidí dejar la ciudad. Hoy he estado pensando en la calma que sentí cuando cerré los ojos y dejé que los dedos del barbero se deslizaran por mi pelo, en la dulzura de aquellos dedos en mi pelo, que empezaba ya a crecer de nuevo"


Abusando del punto de una forma intencionada, casi estilo periodístico,  una sucesión de frases cortas ininterrumpidas, que hace aún más corta la lectura de estos relatos cortos, entre los que destacan "El Baño", que en su posterior libro Catedral aparece con el título "Parece una tontería" y que mereció uno de los premios literarios más importantes de Estado Unidos, el O.Henry. El relato cuenta la historia de un niño que el día de su cumpleaños sufre un accidente y queda en coma, y del pastelero que desconoce el accidente y se queda esperando a que la tarta de cumpleaños sea recogida, este argumento parece bastante simple, al igual que el del fotógrafo que va por las casas ofreciendo sus servicios o el de una pareja cenando, no parecen demasiado interesantes, pero esto también es intencionado y marca de la casa del autor, que también tiene su particular sentido del humor:

"Escuchad - propuso Mel -.Acabemos esta puta ginebra. Todavía queda una ronda más. Luego nos iremos a cenar. A ese sitio nuevo.
- Está deprimido - observó Terri-. Mel ¿porqué no te tomas una pastilla? 
Mel sacudió la cabeza - He tomado todo lo que hay-
- A todos nos hace falta una pastilla de vez en cuando- dije.
-Hay gente que las necesita desde que nace- comentó Terri
- Creo que me apetece llamar a mis hijos - dijo Mel
Terri le avisó: - ¿Y si Marjorie contesta al teléfono? Te hará sentir peor
-No quiero hablar con Marjorie, - reconoció Mel - pero quiero hablar con mis hijos .
- No pasa un día sin que Mel diga que tiene ganas de que su ex mujer vuelva a casarse. O de que se muera - explicó Terri- Nos está arruinando. Tiene un novio que vive con ella y con los niños. Así que Mel mantiene también al novio.
Marjorie es alérgica a las abejas -contó Mel. Cuando no rezo para que vuelva a casarse, rezo para que se le eche encima un maldito enjambre de abejas y la mate a aguijonazos.
Qué vergüenza- dijo Laura
-Bzzzz -susurró Mel, convirtiendo sus dedos en abejas y haciéndolas zumbar en dirección a la garganta de Terri.
Es perversa - dijo Mel-. A veces se me ocurre ir a su casa vestido de apicultor. Llamo a la puerta y cuando abra suelto el enjambre dentro de la casa. Pero antes tendría que asegurarme de que no estuvieran los chicos, por supuesto."


De que habla Carver cuando habla de amor:

"- Cariño - le propuse a Myrna la noche en que volvió al hogar -. ¿Qué tal si nos magreamos un rato y luego preparas una cena apetitosa de verdad?

Y Myrna dijo:

- Lávate las manos."

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