El Club Dante - Matthew Pearl



Matthew Pearl básicamente es un tipo muy listo, ya que se ha inventado un tipo de novelas llamadas de ficción literaria, donde se mezclan historia, intriga, hasta aquí todo normal, y sobre todo, libros, una fuerte dosis de metaliteratura que atrae como la miel a las moscas a los que buscamos algo más que entretenimiento en una novela, y este es su principal atractivo, comenzando por el título, en el que a modo de reclamo introduce a Dante, Poe, o Dickens, clásicos con los que todos nos sentimos en mayor o menor medida en deuda, y que no están en el circuito de literatura de consumo.
 
La trama del libro está localizada en Boston, en 1865 recién terminada la guerra de secesión americana y tras el asesinato del presidente Lincoln. Dentro de este contexto histórico tan importante en la historia americana, el autor pone el centro de atención en el históricamente microscópico pero muy literario suceso del nacimiento de la Dante Society of America , en principio un club de admiradores de la Divina Comedia, presididos por el poeta Henry Longfellow, uno de los protagonistas de no ficción de la novela, y que se embarcaron en la tarea de realizar la primera traducción íntegra de la obra de Dante realizada en el país:

"Los reunidos guardaron silencio. Longfellow cerró los postigos verdes de las ventanas y Homes bajó la intensidad de las lámparas destinadas al moderador, mientras los demás ayudaban a disponer una hilera de velas. Los cinco eruditos ocuparon sus lugares establecidos siguiendo la circunferencia de la pequeña estancia.
Longfellow tomó un fajo de papeles de su cajón y pasó unas pocas páginas de Dante en italiano a cada invitado, junto con un juego de pruebas de imprenta con su correspondiente traducción línea por línea. En el claroscuro delicadamente tejido por el hogar, la lámpara y la mecha, la tinta parecía despegarse de las pruebas de Longfellow, como si una página de Dante de pronto cobrara vida bajo los ojos de cada uno. Dante había escrito su verso en una terza rima: cada tres líneas un contenido poético, la primera y la tercera rimando entre ellas y la de en medio proyectando una rima con la primera línea del siguiente terceto, de tal manera que los versos se inclinaban hacía adelante en un movimiento de avance.
Holmes siempre disfrutaba con la manera como Longfellow iniciaba sus reuniones sobre Dante, con una recitación de las primeras líneas de la Commedia en un inimitable y perfecto italiano.
- < En medio del camino de nuestra vida, me encontré en una selva oscura, pues había extraviado el recto sendero.>"
 
Dicha traducción se encontró con la oposición de el conservadurismo de la sociedad, tanto desde las instituciones universitarias, que veían un texto vulgar por no estar reconocido el italiano como una lengua culta, como de las religiosas por entender su contenido como inmoral y blasfemo. Además de esta intriga histórica, se añade la ficción de unos asesinatos rituales que coinciden con los castigos que Dante aplica a los diferentes tipos de pecadores en su relato del infierno.
 
Este es el planteamiento de la novela, e inicialmente resulta bastante entretenido e interesante, pero a partir de la mitad del libro está totalmente agotado, y el autor engorda la lectura con unas doscientas páginas adicionales para mí totalmente prescindibles, en las que sigue dando vueltas sobre lo mismo hasta la extenuación, supongo que cobraría por páginas. De esto parece que aprendió en su segundo libro, La sombra de Poe, para mí superior a éste, me gustó más el tema de la misteriosa muerte de Poe, pero fundamentalmente por tener un desarrollo mas ajustado a la historia, en el que no sobran páginas de forma tan evidente como en éste. De todos modos y aunque no merezca ni requiera una lectura demasiado involucrada, el libro es un buen recordatorio para localizar una buena edición de la Commedia, al menos de su primera y más divertida parte, la del infierno, donde Dante, imagina toda clase de torturas para todos aquellos que lo separaron de su Beatrice:
 
"- Dígame, Holmes, ¿ha tenido alguna vez su propia Beatriz?
- Perdone, ¿Cómo dice, Lowell?
- Una mujer que haya inflamado las profundidades más pavorosas de su imaginación.
- ¡Ah, mi Amelia!
Lowell estalló en unas carcajadas que parecían bramidos.
- ¡Oh Holmes! Una esposa no puede ser su Beatriz. Créame, porque yo, al igual que Petrarca, Dante, y Byron, estuve desesperadamente enamorado antes de los diez años. Solo mi corazón sabe las congojas que sufrí.
- ¡A Fanny le encantaría esta conversación, Lowell!
- ¡Bah! Dante tuvo su Gemma, que fué la madre de sus hijos, pero ¡no alcanzó su inspiración! ¿Sabe usted como se conocieron? Longfellow no se lo cree, pero Gemma Donati es la dama mencionada en la Vita nuova, que consuela a Dante por la pérdida de Beatriz.
- Aún me acuerdo.. Fué en 1839, en la galería Allston. Allí estaba la criatura más hermosa que habían visto mis ojos. ..
- ¿Era inteligente?
- ¡Santo Dios, no lo sé! Solo hay una manera de actuar con las mujeres así: Echar a correr. Han pasado veinticinco años y más, y no me la puedo arrancar de la memoria. Le aseguro que todos tenemos nuestra propia Beatriz, ya viva cerca de nosotros o viva solo en nuestra mente."
 
 
 

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