El galáctico, pirático y alienígena viaje de mi padre - Neil Gaiman


-¿Papá, que mide un reloj?
-El tiempo, hijo
-No papá,  mide lo mismo que este libro, mira, si lo estiro es exactamente igual de largo.
- ..
(El tiempo parece solo adquiere medida Cuando has acumulado bastante)

Esta conversación es lo primero que me comentó mi hijo sobre el libro de Gaiman, en el que la medida del tiempo no tiene cabida, porque hay que ver la cantidad de cosas que pueden pasar al ir a comprar una botella de leche. Esa mañana se había acabado la leche para el desayuno, y el padre bajó a comprar, este es como todo el mundo sabe la hora punta de abducciones espaciales, realizadas por extraterrestres que facilmente suelen confundir a los humanos que llevan una botella de leche con el lider de la tierra.



Por suerte las naves espaciales disponen de salida de emergencia convenientemente señalizada. En esta caida y las sucesivas es importante no soltar en ningún momento la botella de leche, verdadera protagonista de la historia, en la que también cabe un pequeño barco pirata, con piratas incluidos, aficionados a la alimentación de los tiburones.

Parece una situación crítica, pero no si pasa por allí un dinosaurio inventor montado en una Bola-Flotante-Transportadora-de-Personas que para abreviar llamaremos globo, y que por suerte suele tomar los cereales con zumo y no con leche, aunque desafortunadamente la navegación de la máquina del tiempo de serie que lleva el globo les lleva a tiempos remotos..

Estos hombres primitivos son muy dados a las profecias, y no es raro que posean las piezas de repuesto para máquinas del tiempo.
Que me falta, ah si, los fampirros, otros que tampoco habían desayunado esa mañana, ahora que estaba saliendo el sol, el sol, ! que maleducados ! desintegrarse sin despedirse siquiera.
El caso es que todo se complicó endiabladamente, había demasiada gente para desayunar, la suficiente para hacer una fiesta, y eso es lo que pasó niños..
-!Un momento papa! el plato de los cereales sigue seco, y no nos creemos nada, ni una palabra
-Vosotros veréis pero todo es verdad, y puedo demostrarlo
-¿Cómo?
-Pues así - Aquí tenéis la leche

Un chiste que vale un libro, Gaiman, mucho más que Sandman



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